Blancos, rosados y negros adaptados a la altura
Siguiendo los criterios técnicos de la agrupación, parte de las viñas de Penedès 500 son fruto de la tarea de recuperar variedades autóctonas y que se adaptan a los condicionantes del suelo y la altura.
La diversidad orográfica de la zona nos da diferentes microclimas donde cultivamos los viñedos, aprovechando este abanico de posibilidades para extraer el mejor de cada variedad.
Maduraciones lentas, cosechas de alta calidad
El diferencial térmico día–noche del verano propicia la maduración lenta y completa de todas las partes de la uva. Lo cual nos da unas altas calidades organoléptica donde una acidez elegante es la protagonista.
De este modo variedades autóctonas como la Parellada – Montònega y Garnatxa Blanca, u otras foráneas como el Chardonnay y el Muscat de Alejandría nos muestran su mejor potencial. El mismo pasa con la Garnatxa Negra, Tempranillo, Merlot y otras variedades de uva negra que también se adaptan muy bien a nuestra zona.
¿Quieres conocer los viñedos de Penedès 500?